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El pensamiento geopolítico del Gral. Manuel Belgrano








Muchas gracias por esta invitación y realmente haber presentado este foro el día del Bicentenario del General Belgrano creo que tiene un profundo significado por sí mismo.




Belgrano es tan multifacético… muchas cosas se han dicho, escrito sobre él: su faceta, sus aportes o riqueza, su generosidad. Pero yo lo que voy a tratar de plantear muy brevemente es un enfoque centrado en lo que a mi juicio fue la visión geopolítica de Belgrano.


Y yo creo, que como punto de partida para esto, vale la pena ubicarse a mediados del año 1813. Belgrano jefe de la segunda expedición al Alto Perú instala su comando en Potosí. Potosí, una ciudad muy importante del Alto Perú, de la actual Bolivia, era el centro económico del Virreinato del Perú, no del Virreinato del Río de La Plata, del Virreinato del Perú. A fines del siglo 16, llegó a explotarse en Potosí el 80% de la plata del mundo. Y la moneda de plata española en aquel momento era la moneda de intercambio global, como es el dólar, como fue hasta hace un tiempo la lira. Ese lugar se encuentra a 2300 km de Lima y a 2200 km de Buenos Aires. Es el punto intermedio geográfico entre Lima y Buenos Aires. Este es un punto muy relevante o importante para entender la situación. Belgrano no era un hombre que conociera el Alto Perú, no había estudiado ahí, como sí había estudiado Moreno, Castelli. Y es el primer contacto que tiene con el Alto Perú.


Para no extenderme, Belgrano es derrotado en la batalla de Vilcapugio en 1813. A consecuencia de esta batalla él realiza, lo que se llamaba en la actividad o la costumbre militar de la época una Junta de Guerra, es decir, reúne a todos los jefes para ver qué decisión se toma. Y allí encuentra a dos jefes que eran muy próximos a él que le proponen dos estrategias diferentes: uno era Díaz Vélez que le propone: retirémonos a Potosí, nos atrincheramos ahí y esperamos que nos traiga la artillería que nos mandan de Salta, para reemplazar la que había perdido Belgrano en Vilcapugio. Ignacio Warnes, que también era muy cercano a Belgrano, le dice “no, hay que avanzar hacia Cuzco”. Pero claro, Cuzco son 1000 km al norte de Potosí, al noreste, entrando en el Perú, lo que era en aquel momento el Bajo Perú, y Cuzco había sido capital histórica del Imperio Inca durante períodos importantes. ¿Por qué le explica Warnes que hay que ir a Cuzco? Porque acababa, en octubre, de producirse una insurrección patriota que empezó a usar la enseña celeste y blanca de Belgrano, es decir una insurrección que se conectaba con el avance de Belgrano.


Acá vienen dos cuestiones: Belgrano desechó la propuesta de Warnes y después se arrepintió de haberlo hecho porque su decisión terminó en la derrota de Ayohuma el 14 de noviembre. Pero esa sublevación que empieza en Cuzco en octubre de 1813 y finaliza derrotada en los primeros meses de 1815 llegó hasta 400 km de Lima. ¿Cuál es el punto de todo esto? Esta revisión de lo que Belgrano reconocía que había sido un error estratégico militar que había convenido, deja en Belgrano, más allá de su contacto con los altoperuanos, los indígenas altoperuanos que había sumado a su ejército, esta idea del Perú. Y aquí aparece esta idea: Lima y Buenos Aires como los extremos de una entidad geopolítica. Este es el paso número 1 donde Belgrano empieza a elaborar la idea de este proyecto geopolítico, diferente al que él había tenido en 1808 con el proyecto carlotista y diferente del de la primera Junta que se limitaba a intentar reconstituir el Virreinato del Río de la Plata.


Pero, derrotado Belgrano, llega a comienzos de 1814 a Salta y tiene el encuentro con San Martín. El tema no es la Posta de Yatasto, el tema es que pasan dos meses juntos en Tucumán. Y acá aparece el segundo elemento en esta visión geopolítica, que es la visión estratégicomilitar de San Martín. San Martín tenía un plan estratégicomilitar que coincidía con esa visión geopolítica de Buenos Aires a Lima. Acá es cuando San Martín lo hace a Belgrano confidente, como lo había hecho con Tomás Guido. Tomás Guido nos ha dejado todo el testimonio, con los detalles de lo que San Martín le informa y le plantea como su idea. Pero acá aparece que este segundo elemento en la articulación de esta visión geopolítica, en donde el plan estratégico militar de San Martín se vincula a esta articulación que Belgrano va adquiriendo o adquiere en la segunda expedición al Alto Perú. Creo que este es el segundo momento en la constitución del pensamiento geopolítico de Belgrano.


Bueno, de ahí Belgrano vuelve a Buenos Aires y en 1815 lo tenemos como diplomático. Diplomático en Europa junto con Rivadavia, junto con Sarratea, que había sido enviado previamente por el Segundo Triunvirato. Y acá es donde, para no extenderme, donde lo tenemos a Belgrano y Rivadavia buscando, tras fracasar en gestiones con la Corte Española, con la Corte Británica para ese proyecto de coronar un rey, un príncipe europeo en el Río de la Plata, que se da en el contexto de la derrota de Napoleón en Waterloo y la unidad de las monarquías europeas a través de la Santa Alianza que amenazaba a la Hispanoamérica, que estaba en su proceso de independencia, es donde terminan, como última carta, con esta idea de coronar como rey del Río de la Plata al hijo menor del Rey, del ex Rey Carlos IV de España.


Pero en estas tratativas le presentan al Rey Carlos IV de España el proyecto de constitución para esa monarquía que se iba a establecer en el Río de la Plata. Ese proyecto de monarquía lo redacta Belgrano. Es un proyecto de constitución que, en general, la historiografía lo ha relegado como un elemento porque lleva a esa visión de la historiografía sobre todo de la segunda mitad del siglo 19, que, en alguna medida, subestimó todo el proyecto monárquico presentándolo como una estrategia o como una táctica secundaria . Quizás de ese período, Vicente Fidel López es el que analiza con más detalle ese proyecto de constitución de Belgrano, pero más allá de que era un modelo monárquico, el punto clave lo da el título del proyecto: es el “Proyecto de Constitución para el Reino del Río de La Plata, Chile y el Perú”. Es decir, no el Alto Perú, es el Perú como una unidad. Es decir, este proyecto de Constitución es un proyecto de Constitución para el territorio que iba de Lima a Buenos Aires. Lima incluye en aquel momento lo que es el actual Ecuador, que formaba parte del Virreinato. Es decir, un proyecto geopolítico que tomaba de Lima, al noroeste de América del Sur, hasta Buenos Aires, que en ese momento era el sureste de América del Sur. Yo diría que este proyecto, en alguna medida, lo que nos plantea es que fracasadas las gestiones en las Cortes europeas, fracasado en la gestión, inclusive con el ex Rey Carlos IV, se incorpora en Belgrano la idea del monarca inca. Es decir, él por un lado registraba el principio ideológico de la legitimidad que predominaba en Europa y, ante los fracasos en Europa, elabora la idea de la legitimidad a través del Imperio Inca y de mantener esa legitimidad a través de un descendiente de los Incas.


Mi opinión: creo que en 1816, en cuanto Belgrano expone, sistemáticamente u orgánicamente, su proyecto geopolítico, el 3 de julio, seis días antes de la creación de la Independencia, ante el Congreso de Tucumán su proyecto de la monarquía Inca, es donde hay dos frases claves, esas frases de observador político de Belgrano, tras haber estado casi un año en Europa, donde le dice al Congreso: “Antes la moda era republicanizarlo todo. Ahora, la moda es monarquizarlo todo”, como argumento de práctica política del porqué del proyecto monarca. Pero él específicamente utiliza una palabra: monarquía “atemperada”, y ese adjetivo de atemperado que Belgrano le agrega a la monarquía tiene que ver con que era un proyecto de monarquía constitucional. Más tomado básicamente en la idea de la monarquía británica que era el arquetipo de monarquía constitucional en ese momento.


Yo creo que acá este tema del proyecto de la monarquía inca era el proyecto de un Estado de Lima a Buenos Aires. No era la reconstitución del Virreinato del Río de La Plata. Y en última instancia, el proyecto Inca se basaba en una tradición y en una realidad histórica: el Imperio Inca iba de Ecuador hasta el centro norte de Argentina y el norte de Chile. En alguna medida cuando se toma la idea de la monarquía Inca, esto responde a un proyecto geopolítico que, insisto, de Lima a Buenos Aires, el viejo Virreinato del Perú, hasta la creación del Virreinato del Río de La Plata, en 1776.


Este Congreso aprueba por unanimidad el proyecto de la monarquía Inca. Ningún diputado votó en contra. Y si había algunos diputados que en aquel momento, aunque esto es más una reconstrucción histórica posterior, estaban en contra del proyecto, no lo manifestaron. La oposición porteña al proyecto, de cuatro diarios de Buenos Aires: dos apoyaron el proyecto, uno estuvo en contra y otro en una posición intermedia. Siempre para marcar la oposición porteña en general al proyecto, se toma una carta del Diputado Anchorena, que 20 años después a su primo Manuel de Rosas le explica lo que sintió como diputado. Dice: “yo cuando vi la cuicada —ellos la llaman así por los indígenas del norte— enfervorizada, aplaudiendo el proyecto, me di cuenta que no había margen para oponerse”. Pero en este proyecto explícitamente apoya San Martín y apoya Pueyrredón, que era el Director Supremo. Estas tres figuras, que eran las figuras político militares más importantes, convergen explícitamente en el proyecto de la monarquía inca. Este proyecto creo que es la expresión política del proyecto geopolítico de Lima a Buenos Aires, en el cual Belgrano fuera expositor en el Congreso de Tucumán, que coincidía con el plan estratégico militar de San Martín.


Bueno, ¿cómo continúa? Cuando uno mira lo político, hay algo que es bastante claro: al trasladarse el Congreso a Buenos Aires, ese impulso que Belgrano le da, y al irse San Martín a Chile, el Congreso en Buenos Aires pasa a funcionar en la órbita porteña y sin la presión que daba Belgrano, Jefe del Ejército del Norte y San Martín, que tenía en el 16, el Ejército estaba organizando en Cuyo, pero ya estaba en el 17 en Chile. Pero acá creo que hay un detalle de historia militar sobre este proyecto geopolítico. La visión de San Martín no era un frente norte defensivo a cargo de Belgrano y Güemes. El proyecto de San Martín era un frente norte ofensivo, desde el punto de vista militar. El plan no era un desembarco desde Chile en Lima solo, era un desembarco desde Chile en Lima y un avance desde el norte argentino hacia Lima desde el sur. En general se ha interpretado lo primero que era que el plan de San Martín era avanzar hacia el Perú y defender el norte argentino. El plan original era lo que se llama una maniobra de pinzas para converger sobre Lima y generar, a través de una acción militar, la unidad política de Lima-Buenos Aires. Hay una carta, retrocedo brevemente en el tiempo, que para mí es significativa, que en 1816 San Martín le escribe a Godoy Cruz, su amigo y colaborador político. Le dice, frente a algunas críticas que le había transmitido Godoy Cruz, que había escuchado respecto a la conducción militar de Belgrano, en la segunda expedición militar al Alto Perú: “Belgrano, es lo mejor que tenemos en América del Sur”. Belgrano no es lo mejor que tenemos en las provincias Unidas del Río de La Plata, la afirmación de San Martín es que Belgrano es lo mejor que tenemos en América del Sur.


San Martín, el 12 de febrero de 1817, vence en la batalla de Chacabuco. Belgrano intenta la acción ofensiva desde el norte argentino, con medios muy limitados, pero ahí tiene lugar lo que la historiografía boliviana, incluso los manuales de enseñanza de historia boliviana vigente, denominan la cuarta expedición al Alto Perú. En la interpretación histórica y el relato histórico boliviano, las expediciones al Alto Perú son cuatro: primero, la de Castelli, que termina en la batalla de Huaqui en 1811; segundo, la de Belgrano en 1813, que termina en la derrota de Vilcapugio y Ayohuma; tercero, la de 1815 que comanda Rondo, que termina en la derrota de Sipe Sipe; y ellos ponen una cuarta que nosotros no registramos que es el avance de La Madrid, al mando de fuerza de caballería, sobre el Alto Perú, que también termina en una derrota. Este avance de La Madrid, ordenado por Belgrano, tiene lugar en febrero de 1817, inmediatamente después de la batalla de Chacabuco y es un intento, débil por la carencia de medios, de Belgrano de coincidir con una acción ofensiva sobre la que estaba haciendo San Martín en Chile.


Como dijimos, el Congreso de Tucumán se traslada a Buenos Aires y a medida que va declinando la vigencia político militar de Belgrano, a lo largo del año 18 y 19, San Martín va careciendo de la visión geopolítica de Belgrano y él se centra básicamente en su acción estratégico militar donde lo central era terminar con el poder español, y la articulación de una entidad política era secundario, no era el objetivo central.


Para terminar el final del fracasado proyecto geopolítico, Belgrano muere el 20 de junio en Buenos Aires, hace 200 años. Pero vuelvo para atrás, después de Chacabuco, San Martín, a los 2000 prisioneros realistas nacidos en Chile, los manda a engrosar el Ejército del Norte que estaba a orden de Belgrano, en una acción para darle a ese Ejército capacidad ofensiva. Después de Maipú, abril de 1818, San Martín repite la decisión: a los prisioneros realistas que habían nacido en Chile, los manda a reforzar el Ejército del Norte en la idea de darle a ese ejército una capacidad militar ofensiva. Pero, a fines de 1819, Güemes manda a dos diputados a reunirse con O'Higgins, el Director Supremo chileno, a los efectos de coordinar la acción militar ofensiva desde el norte argentino paralelo al desembarco de San Martín en Lima. Güemes lo que ofrece son 4000 hombres que tiene reunidos. Acá un detalle: los famosos Gauchos de Güemes, en realidad eran milicias de caballería regladas, cómo se llamaba en la época, porque era una fuerza permanente, no era gente que trabajaba en la actividad diríamos agropecuaria, cómo era la fuerza de López y Ramírez, que en la emergencia se organizaban. Las fuerzas de Güemes, que llegó a tener 5000 milicianos de caballería, que ofrece a O'Higgins una operación con 4000, era toda a sueldo, asalariada, eran militares full time y eso le daba una capacidad militar ofensiva importante que fue clave para frenar los avances españoles sobre el norte argentino, pero que en la concepción de San Martín tenía que ser una fuerza ofensiva el Ejército del Norte más Güemes.


Este acuerdo de Güemes con O'Higgins fracasa porque el 22 de marzo de 1820 se declara la República del Tucumán. Bernabé Araoz, gobernador de Tucumán, declara la República del Tucumán que comprendía Catamarca y Santiago del Estero. Bueno, es un tema colateral si esto era una provincia o una República. Yo diría primero que al igual que la República de Entre Ríos, que va a cumplir ahora 200 años dentro de 2 meses, no tenían gobernador ni presidente, tenían jefe supremo. Los dos tenían banderas, emitían moneda, por supuesto tenían fuerza militar propia. La legislatura de Tucumán se había reservado y usaba el título de Alteza, que en realidad es un título monárquico y el salario de Bernabé Aráoz era 1/5 de los ingresos públicos. Y Bernabé Aráoz entra este año 1820 en guerra contra Güemes, a quien derrota y esto termina con el esfuerzo ofensivo de Güemes, porque a los pocos meses Güemes muere en una conspiración donde convergen los españoles con Araoz y los opositores a Güemes en Salta. Las memorias del General Paz relatan que en 1820, por el mes de marzo, lo llama Bustos, que se había hecho cargo del Gobierno de Córdoba, y le encomienda que le haga una fuerza de 200, 300 hombres, que marche al norte, que en Tucumán tome armamento que había quedado del Ejército del Norte, que se reúna con Alejandro Heredia, Jefe del Ejército del Norte que había logrado mantener 400 hombres, y que organicen una expedición ofensiva desde el sur, por pedido de San Martín en apoyo de su desembarco en Lima. Paz empieza el camino, pero se encuentra en Tucumán que le cierran el paso, la República del Tucumán y entonces está incursión queda frustrada.

En dos palabras, una conclusión y para no extenderme. Yo creo que el proyecto geopolítico de Belgrano, gestado entre su presencia, su permanencia en Alto Perú en 1813, su entrevista con San Martín en 1814, su misión diplomática en Europa, en 1815, expuesta en 1816 ante el Congreso en el proyecto de la monarquía Inca, era tener una unidad política de Lima a Buenos Aires. Proyecto geopolítico coincidente con la visión estratégico militar de San Martín, proyecto frustrado por la pérdida de poder de Belgrano, primero y por la muerte de Belgrano finalmente. Es un proyecto geopolítico que va a la par, casi a la par de la vigencia, de la influencia de Belgrano en el proceso de la independencia.


Agradezco la invitación a esta reunión y terminó acá mi comentario, mi exposición.


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