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Es muy sano que no sean hoy gobierno Massa y Rubinstein

Por Claudio Chaves -

 

En uno de los tantos reportajes que el dueño de Perfil viene realizando en sus medios de comunicación, con innecesaria superficialidad, conversó con el ex vice ministro de Economía del Gobierno de Alberto Fernández. En ella, Gabriel Rubistein, pues de él se trata, manifestó dos veces, en la misma nota, “soy de los que creen que hay que tener superávit fiscal y de los que más han tratado de que eso se logre, pero no se pudo”. “Yo hubiera preferido una solución de shock pero no se pudo hacer”, agregó.

El doctor Fontevecchia que es un preguntón en cuestiones de filosofía, antropología, sociología, arte oriental, religiones y ocultismo no hizo la pregunta más sencilla. ¡La pregunta del millón! y eso que la tenía servida: ¿Por qué no se pudo?

Hubiera sido interesante oír las explicaciones del economista. Que naturalmente hubiera contestado: en ese gobierno no se podía, el kirchnerismo no lo hubiera permitido. De ser la respuesta, seguramente así, Fontevecchia debiera haber ahondado sobre su participación en un gobierno que le impidió llevar adelante sus ideas, vinculadas a una racionalidad liberal capitalista que el estatismo interventor del kirchnerismo detesta.

¿TRAICIÓN AL VOTO PERONISTA?

Rubistein, a no engañarse, sabía dónde estaba metido. Entonces dejando de lado los latines y los griegos, inquirir: ¿Qué estaban haciendo ahí, usted y Massa? ¿Si ganaban habría política de shock? ¿No sería esa conducta una traición al voto peronista/kirchnerista?

Subirse al poder con el voto kirchnoperonista para implementar una política liberal es sencillamente una mejicaneada y un disparate político de consecuencias gravosas. El lector ya puede imaginarse el lio político de un desfalco semejante si por menos Alberto pasó las de Caín con Cristina y el kirchnerismo. Seguir así hubiera sido enloquecedor.

El pueblo ha sido más sabio que el rejunte de políticos que creían y creen que las volteretas no tienen consecuencias y pueden practicarse obscenamente a la vista de todos. Si se trataba de implementar una política de shock, Rubinstein o Massa no podrían haberlo hecho con esos votos sesgados al progresismo. Rubinstein hoy afirma “que el ajuste que está haciendo el gobierno de Milei luce necesario. El shock era inevitable y el programa macro va en sentido correcto. La idea central nuestra era el ajuste y Sergio Massa lo había anticipado”. Bueno se trataba de una mejicaneada. ¡No hay dudas!

Hoy la CGT está en pie de guerra con el gobierno actual al igual que los movimientos sociales porque hace, lo que según Rubistein, de ganar, hubiera realizado Massa.

Hay en el peronismo una confusión y una contradicción irresoluble. Vulgarmente: ¡están chiflados! En tanto esto no se cure, es muy sano que no sean gobierno. Para problemas ¡ya tuvimos bastantes con Alberto!

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